Verde

En el horizonte has de esconderte, brillos caóticos
con pigmentos insólitos,
trasciende tu divinidad, con lampos de esmeralda, 
(ascienden a mi alma) me envuelven en tus pupilas,
ya no queda prisa, mi vida esta hecha trizas.

Dilátate pues, que me encierro en tus óvalos,
ya no espero más, mi pulso está acelerado,
reclamo tus latidos, por ti he esperado.

Enajenado de tu conciencia, el verde de tus ojos, 
me envuelven con un soplo y la vida que me acapara
me encienden en esperanza.

Verde de la vida...
verde que me domina.



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