Y fue así...


El sueño inclemente que sacudió mi espíritu en búsqueda de tus ojos, la apatía y la tristeza al llegar la noche, la súplica incesante por encontrarte, jornadas de desasosiego buscándote entre las estrellas y reclamándole a la luna donde poder hallarte, monólogos, dónde el sol era testigo de mis ganas de besarte.
Las vibraciones de un texto y el alma que te presento, el ruidoso silencio de tu respuesta y mi corazón que se embelesa; por fin habías llegado, poniéndole unos ojos bellos a aquella promesa, que entre desilusiones, Dios un día me hiciera.
Embrujo y encanto es tu nobleza, sujetas mi alma con tu belleza, aquella que sin aún darme un beso mi alma se aferra... el día precedió a la luna que llegó con su noche y el sol fue testigo cuando nos llevamos a un abismo y tú silencio marchito fue mi dolor inaudito que entre sombras y escombros, enmudeció de asombro.
El rastro de tu recuerdo y la ausencia de tus palabras, eran castigo y flagelo a un corazón que se extinguía sin escuchar tus miedos.
El alma de coraje y un sentimiento eterno, me dieron la gallardía, para seguirte mi cielo; luchar por tu nombre, es lo que más quiero y amarte en cada alba con corazón justo y sincero.
Ya estás a mi lado y en mí tienes refugio entero, que soy yo tu enamorado que te seguirá sin miedo.

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